En España, la palabra “gueto” empieza a oírse a partir del año 2000, con la llegada de grandes oleadas de inmigrantes extranjeros. ¿Pero qué es el significado original de la palabra gueto? Mientras que mucha gente utiliza esta palabra para describir una multitud de fenómenos, tanto físicos como psicológicos, ¿los guetos en el sentido auténtico existen en España?
El gueto de Venecia – la definición original
La palabra “gueto” original viene de la lengua italiana, en referencia al barrio judío en la ciudad de Venecia durante el siglo XVI. En aquella época, los judíos eran considerado una comunidad ajena de la religión cristiana y en la mayoría de las ciudades les tenían recluidos en determinados barrios, normalmente los más desfavorecidos. El gueto de Venecia estaba aislado del resto de la ciudad por muros y por la noche los residentes se quedaron encerrados dentro como en una cárcel. A día de hoy, la comunidad judía de Venecia, de unos 500, sigue residiendo en el antiguo gueto, aunque el barrio ya es parte del patrimonio histórico de la ciudad.
Desde Venecia, la palabra “gueto” se extendió a referirse a cualquier barrio judío en las ciudades europeas, que normalmente eran vecindarios segregados y marginados. Sin embargo, aunque los judíos dieron el nombre «gueto», no era la única población de Europa medieval que vivía en barrios segregados.
El gueto como significado de “enclave étnico”
A finales de siglo XIX, la palabra “gueto” llegó a referirse a cualquier barrio en una ciudad poblada por miembros de una minoría étnica. Este fenómeno había existido desde las civilizaciones más antiguas aunque no se llamaba así. Por ejemplo, la ciudad mexicana de Teotihuacán, durante su auge en los siglos IV y V d.c., era un metrópolis poblado por inmigrantes de todos rincones de Mesoamérica, con cada etnia asentando en su propio distrito. Lo que no se sabe es si esta segregación era una imposición del gobierno, o por voluntad propia de los residentes.
En el Mediterráneo clásico, ciudades cosmopolitas como Roma, Alejandría y Constantinopla también constaban distintos enclaves étnicos, donde las poblaciones griegas, egipcias, judías, armenias e italianas conservaban sus propias costumbres y tradiciones.
En la Europa del siglo XIX, en ciudades europeas como Viena, Praga, Budapest y Odesa, las poblaciones alemanas, checas, húngaras, judías, rusas, polacas y ucranianas también tenían una fuerte tendencia de concentrarse en distintos barrios, aunque el nivel de aislamiento no era tan absoluto como en los guetos judíos de siglos anteriores. Pero a principios de siglo XX, barrios muy segregados empezaron a formarse en muchas ciudades americanas, gracias a la inmigración masiva.
El gueto de inmigración
El gueto de inmigración es un fenómeno que ha existido desde los inicios de la civilización humana, existe en la actualidad y siempre existirá. La causa es simple: cuando mucha gente emigra de un país a otro para buscarse la vida, tiende a agruparse con sus compatriotas por la protección mutua para facilitar la adaptación. Muchos guetos se forman simplemente por la agrupación familiar o porque es la manera más fácil de encontrar empleo.
A finales de siglo XIX, cuando grandes oleadas de inmigrantes irlandeses, alemanes, polacos, italianos, griegos y rusos llegaron a América, en ciudades como Nueva York, Buenos Aires y Sao Paolo empezaron a formar enclaves poblados por un sólo grupo étnico, algunos de los cuales eran tan cerrados que todos los carteles estaban escritos con el idioma de los inmigrantes. La segregación no solamente era por origen nacional, sino también por la región del país donde partieron los emigrantes. En el Little Italy en Nueva York, los sicilianos asentaron en Elizabeth Street, los napolitanos en Mulbery Street y los calabreses en Mott Street. En Buenos Aires, los gallegos, extremeños y andaluces también formaron enclaves separados.
Este fenómeno no sólo existe con la inmigración extranjera, sino también con la nacional. En China, ya es muy conocido que en grandes ciudades, los inmigrantes rurales tienden a formar “guetos” con gente de la misma provincia, donde hablan su dialecto y se ayudan unos a otros a montar negocios y buscar trabajo. Durante los años 50-60, en Madrid y Barcelona, los inmigrantes andaluces, extremeños, castellanos y gallegos también formaron enclaves separados, que en Cataluña los llamaban despectivamente como «barrios de charnegos».
En general, lo que pasa con los guetos de inmigración es que se forman muy rápido durante épocas de inmigración masiva, pero se van diluyendo con el tiempo, cuando los descendientes van asimilándose en la sociedad de acogida. En EEUU, muchos inmigrantes que llegaron desde Alemania, Irlanda, Ucrania, Italia, Japón, Filipinas y China a principios de siglo XX pasaron toda su vida encerrados en su gueto, pero sus hijos, al nacer en EEUU y dominar el inglés, empezaron a mudarse a barrios más abiertos. La generación de los nietos ya sentían totalmente americanos y la mayoría vivían en los típicos barrios estadounidenses de clase media. Con cada generación, los antiguos guetos van desapareciendo, pero muchas veces, los barrios son repoblados por nuevos inmigrantes.
El gueto de apartheid
Otro tipo de gueto que se forma es lo de apartheid. Se forma cuando una población ha sido históricamente marginada y excluida de la sociedad y acaba formando enclaves segregados porque es el único lugar donde les permiten vivir. Ejemplos incluyen los guetos judíos en Europa medieval, los townships de Sudáfrica, los guetos negros de EEUU y los barriadas de burakumin en Japón.
Los guetos de apartheid no sólo se clasifican por la segregación residencial, sino también por la pobreza, la marginalidad y la falta de oportunidades. En EEUU, durante mayor parte de siglo XX la segregación de blancos y negros era amparada por la ley. La prohibición fue levantada en los años 60, pero los negros no eran bienvenidos en los barrios de blancos y en muchas ocasiones, al llegar las primeras familias negras a instalarse en una calle, todos los vecinos blancos salieron huyendo en un fenómeno conocido como el White Flight (la huida blanca).
A día de hoy, los afroamericanos siguen siendo la población que sufre el mayor grado de segregación residencial y escolar. La situación es más grave que la de los inmigrantes europeos, asiáticos y latinos, porque estos últimos, al mejorar su situación económica, suelen marcharse a barrios más abiertos y acomodados. Los afroamericanos de clase media tienen casi la misma tendencia de segregación como los de clase humilde.
El gueto de odio
Otros guetos se forman cuando varias poblaciones en una ciudad han tenido un enfrentamiento histórico y han decidido vivir en distritos aparte para evitar brotes de violencia. El ejemplo más conocido son los barrios protestantes y católicos de Belfast, que se formaron tras los violentos disturbios durante la Guerra de Independencia de Irlanda.
Otro ejemplo parecido es Bagdad, que tras la violencia sectaria entre suníes y chiítas tras la invasión americana de Irak, se dividió en zonas segregadas por las dos religiones para evitar enfrentamientos.
Distinto a los guetos de inmigración, los guetos de odio no se van diluyendo con el tiempo. En el caso de Belfast ha sido justo lo contrario. Antes del siglo XIX las dos poblaciones vivían mucho más mezcladas que ahora.
¿Existe guetos en España?
En general, todo depende de la definición de «gueto». Barrios étnicamente tan segregados como los de Nueva York y Buenos Aires a principios de siglo XX no existen, pero hay barrios con una gran concentración de ciertas nacionalidades, como por ejemplo, el enclave chino en el barrio madrileño de Usera, la concentración de ecuatorianos y dominicanos en el barrio de Tetuán, la comunidad paquistaní en El Raval de Barcelona, las comunidad británica en Benidorm…, pero en general, en ningún barrio la segregación es absoluta. Cuando hablan de «grandes concentraciones», se refiere como mucho a 30% de la población total.
Muchos madrileños describen el barrio de Lavapies como un gueto, que según la definición sociológica, es todo lo contrario. Situado en el corazón de Madrid, es un vecindario donde conviven docenas de nacionalidades de distintos estratos sociales, y por su vibrante vida nocturna y ofertas culturales, recibe visitantes de toda la ciudad.
Quizás los más parecidos a guetos en España son los poblados ilegales en la periferia de la ciudad, como Cañada de Real en Madrid, aunque no cumple con la definición por el mero hecho de que entre los residentes se encuentra gente de todas las nacionalidades, religiones y orígenes étnicos, aunque todos comparten la misma situación de marginalidad.
Según un estudio publicado en 2015, Madrid se está convirtiendo en una de las ciudades más económicamente segregadas en Europa. Es decir, los barrios del norte son cada vez más rico y los del sur son cada vez más pobres. Si la tendencia continuase, en el futuro podría producir «guetos socioeconómicos», pero eso ya es otra cuestión.
La causa de formar guetos
El gueto de inmigración es uno de los fenómenos más naturales de la sociedad humana, pero se convierte en un problema cuando los nietos y bisnietos de inmigrantes no logran salir del gueto y siguen repitiendo los mismos patrones de segregación de sus antepasados.
Eso sucede por un lado cuando los propios residentes del gueto tienen una cultura y valores muy distintos al resto de la población, por otro lado por el rechazo y discriminación que sufren de la sociedad exterior. Un ejemplo emergente es la situación de los banlieues en la periferia de las grandes ciudades de Francia. Muchos residentes ahí ya son nietos de inmigrante magrebíes y africanos que llegaron en los años 50, pero las nuevas generaciones están segregándose aún más que las anteriores.
Los gobiernos de todos los países europeos están tratando de evitar la formación de guetos en las ciudades, que son sinónimo a la marginalidad y la fractura de convivencia. Pero irónicamente, muchos guetos terminan convirtiéndose en patrimonio histórico y una atracción turística por su historia particular, como la Judería de Córdoba, el Albaicín de Granada, el barrio armenio de Jerusalén, el barrio musulmán de Xián, y todos los Chinatowns y Little Italies de las ciudades norteamericanas.