Una breve historia de Ucrania, y los ucranianos

7 Mar

Desde la invasión de Rusia a Ucrania a finales de febrero, 2022, este país ha dominado toda la atención mediática. Por eso en este artículo voy a hacer un resumen de la historia del pueblo ucraniano y analizar los posibles motivos del conflicto actual.

Antes de nada, voy a hacer una aclaración de terminología. Cuando hablo de «Ucrania», me refiero al territorio que corresponde a la geografía del estado de Ucrania desde su independencia en 1991. El término «ucraniano» también puede tener 2 significados. En un sentido se refiere a los individuos que poseen pasaportes ucranianos. En otro sentido se refiere a «ucranianos étnicos». En este artículo se aplica más la segunda definición, ya que la identidad de ese pueblo había existido mucho antes de la fundación de Ucrania como estado independiente.

Los inicios: Rus de Kiev y la invasión mongol

Los eslavos orientales asentaron en la gran llanura de Rusia, entre los ríos de Dniéper y Don, antes del siglo VIII d.c.. A finales del siglo IX, se unieron bajo el liderazgo de una aristocracia vikinga para fundar un estado con sede en Kiev, así nació el reino del Rus de Kiev. Durante su apogeo, llegaba a incorporar toda la parte europea de la Rusia actual, salvo la estepa, que era dominio de nómadas túrquicos como los Kipchaks, Pechenegs y búlgaros de Volga.

El Rus de Kiev duró hasta el siglo XIII, cuando la invasión Mongol lo aniquiló. Durante los próximos 200 años, toda la Rusia europea pertenecía al Kanato de la Horda de Oro, un estado descendiente del imperio de Gengis Khan. Quizás fue durante esa época, entre los siglos XIV y XV, que los eslavos orientales empezaron a diferenciarse entre rusos, ucranianos y bielorrusos, por diferencias lingüísticas, aunque todavía no se llamaban como tal.

Siglos XV-XVIII: los rutenos y los cosacos

Cuando la Horda de Oro colapsó en el siglo XV, el nuevo estado de Rusia, con capital en Moscú, emergió como el máximo poder en Europa oriental y Asia central. En esa época, en el territorio ucraniano habitaban varios estados. De Kiev hacia el norte pertenecía a Rusia. La parte occidental pertenecía a Lituania. La península de Crimea era dominio de los tártaros de Crimea, un pueblo de origen turco-mongol y religión musulmana. En la costa del Mar Negro aún había ciudades griegas. Y la estepa al norte de Mar Negro era conocido como los «campos salvajes», porque era tierra de nadie donde los nómadas turcos y tártaros salían de caza, asaltaban caravanas y hacían redadas para capturar esclavos.

En esa época ya había referencias de poblaciones de hablar ucraniano y religión ortodoxa habitando la parte occidental de la región, que los lituanos llamaban rutenos. A partir del siglo XVI, muchos campesinos rutenos, hartos de la explotación de sus señores feudales, huyeron a los «campos salvajes», donde uniéndose con desertores tártaros, turcos, y siervos fugado de Rusia, formaron una comunidad guerrera autogestionada conocida como «los cosacos de Zaporozhia».

Zaporozhia no era oficialmente reconocido como un estado, pero tenía su propio gobierno elegido por asambleas democráticas. Su economía funcionaba a base de la agricultura, pero también de la piratería y bandidaje, e incursiones militares a sus vecinos, tanto a Rusia y Lituania como al Kanato de Crimea y el Imperio Otomano. Mantuvo su independencia durante un par de siglos aliándose a veces con un imperio, a veces con otro. Su lengua franca era el ucraniano y la religión mayoritaria era el cristianismo ortodoxo, aunque sus habitantes procedían de diversas nacionalidades. En apariencia externa, el típico cosaco rapaba toda la cabeza salvo una pequeña coleta que colgaba de la coronilla, dejaba bigotes largos, y llevaba pantalones del estilo turco. Pero en la equitación y tácticas militares, tenía más afinidades con los mongol-tártaros.

A finales del siglo XVIII, el imperio ruso conquistó tanto a los cosacos de Zaporozhia como a los tártaros de Crimea, extendiendo la frontera hasta la costa del Mar Negro. Pero la conciencia nacional ucraniana ya estaba bien establecida, ligada a la memoria de los cosacos de Zaporozhia.

Bajo el imperio ruso, y la revolución bolchevique

Con la incorporación de los «campos salvajes» al imperio ruso, la región se convirtió en un importante centro de producción agrícola. La parte occidental de Ucrania pasó de ser dominio de Polonia-Lituania al Imperio Austrohúngaro. En ambos lados de la frontera, la mayoría de ucranianos subsistían como campesinos, residiendo en poblaciones rurales, conservando su lengua, costumbres y tradiciones propias. Mientras las ciudades la cultura dominante era la rusa (en el oriente), o polaca (en el occidente). La mayoría de los escritores ucranianos escribían en ruso, como Nikolai Gogol. No era hasta la segunda mitad del siglo XIX que empezaron a publicar literatura en la lengua ucraniana.

En Crimea, los tártaros seguían siendo la mayoría demográfica, aunque los rusos llegaron a dominar la costa. Todas las ciudades portuarias importantes de la orilla del Mar Negro, como Odessa, Sevastopol y Mariupol, tenían mayoría rusa, con minorías de ucranianos, griegos, judíos, tártaros y turcos.

Cuando estalló la revolución de 1917, muchas regiones de Ucrania proclamaron la independencia de Rusia, luchando tanto en contra de los blancos como los rojos. Una de las fuerzas más potentes era el «ejército negro» de ideología anarquista, liderado por Néstor Majnó. Pero en 1920, toda la insurgencia fue sofocada por el ejército rojo, y la URSS incorporó todo el territorio ucraniano en la República Soviética Socialista de Ucrania, cuyas fronteras coincidían a grandes rasgos con las de la Ucrania actual.

URSS, Holodomor, y la Segunda Guerra Mundial

Durante la época de Stalin, la política de reforma agrícola pretendió desmantelar el tejido social de los pueblos agrícolas tradicionales, a favor de los campos de colectivización. Millones de campesinos tuvieron que abandonar sus tierras familiares para trabajar en granjas estatales donde toda la cosecha fue confiscada por el gobierno, a cambio de un racionamiento modesto. Este cambio cultural radical, junto a la exigencia del gobierno de aumentar la cantidad de cosecha a cuotas inalcanzables, resultó en una sobre-explotación de la tierra, que provocó una gran hambruna en que murió 4-7 millones de personas, sobre todo en Ucrania. Esta gran tragedia era conocida como el Holodomor.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes primero ocuparon grandes extensiones de Ucrania, pero al ser derrotados, los soviéticos no solo recuperaron todo lo perdido, sino también anexaron nuevos territorios de Polonia, que fueron incorporados a la República Soviética de Ucrania, ampliando su territorio. Al terminar la guerra, bajo la acusación de colaboración con los nazis, la población entera de tártaros de Crimea fue deportado a Uzbekistán. Y la península vaciada fue repoblada por rusos.

De los años 40 a 90, la parte oriental de Ucrania, sobre todo la región de Donbass, se convirtió en un importante centro de producción industrial que atrajo trabajadores de todas nacionalidades de la URSS, donde la lengua franca era el ruso. En la parte occidental de Ucrania, la lengua y cultura ucraniana seguía siendo la más dominante, tanto en el entorno rural como urbano. La república se convirtió en uno de los principales productores de energía nuclear en toda la URSS, aunque un error técnico y administrativo provocó uno de los peores desastres: la explosión de Chernóbil en 1986.

La Ucrania independiente, y el conflicto de Donbass

Ucrania se independizó en 1991 tras el colapso de la URSS. Sin embargo, Rusia seguía ejerciendo mucha influencia en su política interna. Y la mayoría de sus gobernantes durante los años 90 y 2000 eran hasta cierto punto, títeres del Kremlin.

Demográficamente, ucranianos étnicos dominan la parte oeste, central y norte del país, mientras rusos étnicos dominan la parte oriental y sur. Pero distinto a la situación de Bélgica o Suiza, no existen divisiones administrativas por lenguas, sino que todo el mundo dominan ambos idiomas y, en general, no hay problemas de convivencia, hasta que la división cultural se volvió política.

A grandes rasgos, los ucranio-parlantes quieren alejarse de la influencia rusa y acercarse a la Unión Europea, mientras los ruso-parlantes desean permanecer en la órbita rusa. A partir de 2004, debido a la crispación de los medios y el juego sucio por parte del gobierno prorruso encarcelando a activistas pro-europeos, la división se hace cada vez más polarizada, a un punto irreconciliable.

En 2014, cuando el presidente prorruso Viktor Yanukovich se negó a firmar acuerdos comerciales para acercarse a la Unión Europea, una multitud se echó a la calle en la Plaza Maidan en Kiev para manifestarse en contra. Durante los días siguientes, las protestas se intensificaron, culminando en batallas campales con las fuerzas de orden, que al final, el presidente no tuvo otro remedio que dimitir y marcharse del país, y un nuevo gobierno pro-europeo fue elegido en su lugar.

Sin embargo, los habitantes de las regiones de mayoría ruso-parlante, como Donbass y Crimea, no reconocían ese gobierno. Rusia tampoco. El mes siguiente, Rusia mandó tropas para anexar a Crimea, disfrazado bajo un referéndum. En Donbass, milicianos prorrusos proclamaron 2 repúblicas independientes de Lugansk y Donetsk. Y de ahí empezó una guerra de escaramuzas con las tropas gubernamentales que ha durado hasta el día de hoy. Varios rumores dicen que muchos milicianos prorrusos son soldados rusos infiltrados. El Kremlin lo desmiente.

La invasión de 2022

El día que escribo este artículo la guerra ya ha durado 12 días. Lo que mucha gente pregunta es: ¿por qué la invasión? ¿Qué objetivos quiere conseguir Vladimir Putin?

Según el análisis de algunos expertos de geopolítica como Henry Kissinger, la expansión de la OTAN tiene mucho que ver. La OTAN es una alianza de la guerra fría con el fin de enfrentarse a la URSS. Cuando un país de la OTAN es invadido, todos los países de la alianza tienen que mandar tropas para defenderlo. Desde la caída de la URSS, primero ingresaron los países de Europa central: Polonia, Hungría y Rumanía, luego las ex repúblicas soviéticas bálticas de Lituania, Letonia y Estonia. Desde el punto de vista ruso, las líneas del enemigo se acerca cada vez a su casa. Y si Ucrania ingresara en la OTAN, sería como meter el diablo en el salón.

Aunque Ucrania aún no se ha calificado de ingresar en la OTAN, durante los últimos años, el gobierno pro-europeo está acercando posturas. Por supuesto, para un país en vías de desarrollo, pertenecer a la OTAN y la UE le aportará numerosas ventajas económicas. Pero lo que no se han dado cuenta los dirigentes ucranianos es que tal acción es interpretada como una traición imperdonable por su vecino mucho más grande y poderoso.

Otras razones podrían ser simplemente nacionalistas. Por compartir las mismas raíces culturales desde el Rus de Kiev, muchos rusos siempre han considerado los ucranianos como un sub-grupo de rusos regionales, en vez de una nacionalidad independiente. Como estados independientes, pueden tolerar que lo gobiernan un aliado o títere, pero no un gobierno que se alía con los rivales.

Pero independiente de los motivos, nada puede justificar la invasión de un país soberano sin ninguna provocación, las miles de muertes inocentes, los millones de desplazados y las ciudades centenarias destruidas por bombardeos. Los que más sufren en esa guerra, como en todas, son los civiles, que no tienen la culpa de nada. Otro efecto de medio-largo plazo será el deterioro de la relación entre rusos y ucranianos. Después de tantas muertes y sufrimiento, aunque si Putin lograra conquistar a toda Ucrania, la mayoría de ucranianos estarían para siempre en su contra, y el antagonismo de Ucrania hacia Rusia solo va a intensificar.

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