Tuve una conversación con mis padres hace unas semanas de cómo ha cambiado Inglaterra durante los últimos décadas, y las diferencias han sido tan marcadas que he decidido escribir un post dedicado a ello.
A principio de los años 70, mis padres llegaron al Reino Unido como una joven pareja. En esa década, la sociedad británica ya había vivido importantes cambios en respecto a los años pos-guerra: los Beatles ya aparecieron y se separaron, los festivales de rock ya llenaban estadios, Inglaterra ya había ganado el mundial de fútbol en 1966, la revolución sexual ya estaba en pleno auge, la inmigración masiva de indios, paquistaníes y caribeños ya había empezado, ya se veían chicos con pelo largo, rapado o rastas, chicas con minifalda y vaqueros ceñidos por la calle de todos los barrios…, pero en otros aspectos, seguía siendo una sociedad bastante tradicional.
Los trabajadores industriales, el «council housing» y la regulación económica
En 1970, el motor de la economía británica seguía siendo la industria de producción. Todo el norte y parte medio de Inglaterra, junto a la ciudad escocesa de Glasgow, era el centro industrial, lleno de fábricas y minas. La mayoría de los trabajadores industriales de base cobraban un salario modesto, pero con un puesto de empleo muy estable. Muchas familias ya llevaban varias generaciones trabajando en las mismas fábricas de acero, minas de carbón o astilleros y vivían en comunidades muy unidas donde todo el mundo se conocía.
El estado cuidaba del bienestar de los trabajadores alquilándoles viviendas de «protección oficial» a un precio asequible, conocido como council houses. En 1970, más o menos 1/3 de británicos vivían en casas alquiladas del estado. Aparte de aportar viviendas, el gobierno también ofrecía ayudas especiales para pensionistas, madres solteras, familias numerosas y hogares de bajo ingreso.
Sin embargo, muchos de los council houses eran pequeños y las familias eran más numerosas, así que muchos trabajadores, sobre todo los hombres, pasaban el mayor parte de su tiempo libre en los bares del barrio, porque era el único lugar donde tenía un sitio para sentarse.
Los sindicatos defendían los derechos de los trabajadores y tenían un peso importante político. Cuando convocaban una huelga, no había nadie que acudía al puesto de trabajo.
A mediados de los 70, cuando muchas industrias de producción ya no resultaban rentables, los sindicatos convocaron huelgas tras huelgas para evitar el despido. Cada semana sólo trabajaban 3 días y muchas casas se quedaron sin luz ni gas.
La circulación de dinero también estaba sujeta a un estricto control estatal. Cuando salías fuera del país, tenías que avisar a la hacienda la cantidad de libras que llevarías fuera.
El sistema educativo
Durante los años 70, la gran mayoría de los británicos dejaban los estudios a los 16 años, cuando acababan la educación obligatoria. Sólo una minoría, menos de 5%, estudiaba carreras. Sin embargo, la educación era totalmente gratis hasta la universidad. Entonces, ¿por qué tan poca gente estudiaba?
Los hijos de clase alta solían estudiar en centros privados, donde desde pequeño les preparaban para estudiar carreras universitarias, pero estos colegios eran tan caros que sólo 5% de la población podía pagarlos. Los hijos de familias de clase media y obrera iban a colegios públicos, donde al terminar la educación primaria, les sometía a un examen nacional, llamado 11+, para dividirlos en 2 grupos. Los 15% que sacaban las mejores notas estudiarían en colegios secundarios académicos, llamados grammar school; el resto de los alumnos estudiarían en colegios secundarios de oficios, llamados secondary modern. Sólo los alumnos de grammar school tenían la oportunidad de estudiar una carrera, porque en los secondary moderno ni siquiera les enseñaban ciencias, letras y matemáticas más allá del nivel básico. Así que a los 11 años, el futuro profesional de cada niño ya estaba decidido con un único examen.
Por supuesto, los niños que aprobaban solían venir de familias que daban importancia a los estudios académicos, que generalmente eran de clase media. La inmensa mayoría de obreros opinaban que si había trabajo en la fábrica, ¿por qué estudia una carrera?
Pero una vez que un joven conseguía una plaza en una universidad, el estado no sólo pagaba todos sus estudios, sino también sus gastos de vivir. Así que, la mayoría de los estudiantes universitarios ya estaban económicamente independientes de los padres.
La gran mayoría de aulas secundarias eran separadas por sexo. En universidades de élite como Cambridge y Oxford, los colleges también estaban divididos entre masculinos y femeninos. En 1970, en la universidad de Cambridge había 27 colleges masculinos, 3 femeninos y sólo uno mixto. Esta división institucional ya limitaba el número de alumnas a poco más de 10%.
La vida cotidiana
La típica familia inglesa de clase media llevaba una vida muy sencilla. Un típico día empezaba con un desayuno con cereales y una comida y cena que consistía de puré de patatas, guisantes, zanahoria, carne picada y salchichas que tenían más cereales que carne. Según mis padres, mucha gente sólo comía fruta una vez a la semana. Por eso, la mayoría de los ingleses de esa época eran muy delgados.
Para mucha gente, lo que le faltaba de calorías lo compensaba con cerveza. Muchos quioscos y tiendas de alimentación tenían un grifo desde donde uno podía echarse una pinta de cerveza de barril. No había mucho control de edad y muchos adolescentes de 14 años ya bebían pintas igual que sus padres.
Casi todas las tiendas cerraban a las 17:30 por la tarde y todo el día el domingo. Para una típica familia de clase media, ir al restaurante era un lujo sólo se permitía como mucho una vez al mes.
Mucha gente ya tenía coche pero como mucho uno por familia. Casi todos los que vivían a una distancia razonable de su trabajo se desplazaban en bici o andando.
Poquísima gente iba de vacaciones al extranjero. Lo típico que hacía era ir a una zona costera de Inglaterra, como Brighton o Southend, para pasar las vacaciones de verano. No era difícil encontrar a británicos que nunca habían salido de su país.
Los valores sociales
En la gran mayoría de familias, era el hombre que trabajaba y la mujer que cuidaba la casa y los niños. Aunque había algunas fábricas que contrataban sobre todo a mujeres, solían ser chicas antes de casarse. Las pocas parejas en que ambos trabajaban eran consideradas familias de «alto ingreso» que podían permitirse lujos especiales. En la vida pública, la mayoría de la gente que daba la cara eran hombres. Hasta en la televisión había pocas mujeres presentadoras. En la BBC sólo había una reportera en 1970: Angela Rippon.
La vida social también estaba muy dividida por sexo, sobre todo entre la clase obrera, donde los hombres socializaban con hombres y las mujeres con mujeres. Se veían poquísimos grupos de amigos mixtos, salvo se trataban de varias parejas.
La homosexualidad ya era legalizada en 1970, pero aún estaba muy mal visto. La mayoría de los gays no salían del armario y muchos se casaron y tuvieron hijos, aunque vivían su verdadera sexualidad a escondidas en lugares secretos de encuentro.
La inmigración y la multiculturalidad
En las décadas de los 60 y 70, el Reino Unido recibió 3 importantes oleadas de inmigración: de las antiguas colonias de Caribe, de India y Paquistán, y de las antiguas colonias de África (sobre todo la minoría india).
Los afro-caribeños se dispersaron en los barrios obreros, conviviendo con los ingleses nativos. Por la cercanía cultural, los jóvenes se integraron rápidamente en la sociedad obrera inglesa y gracias a su aportación, se fundaron nuevas tribus urbanas como los rudeboys, los mods y los skinheads.
La inmigración india y paquistaní, tanto desde Asia como África, asentaron más en barrios concentrados, formando comunidades propias. Debido a diferencias culturales más pronunciadas, su presencia en la sociedad británica no fue tan bien recibidas y en varias ciudades hubo oleadas de violencia racista conocida como Paki-bashing, es decir, «a la caza de paquistaníes».
Sin embargo, como muchos inmigrantes indios poseían un nivel de estudios más alto, sus hijos rápidamente se convirtieron en los alumnos más destacados del colegio. Muchos ingleses también apreciaban la ética de trabajo de los indios, que eran los únicos que abrían sus tiendas por las noches y durante los fines de semanas.
Los cambios que vinieron después…
Desde mediados de los años 70 hasta los 80, vino una oleada de importantes cambios.
Primero, bajo la presión de los sindicatos, a partir de 1973, el sistema educativo ya no segregaba alumnos a partir de los 11 años ni por nivel académico ni por sexo, dándoles a todos la misma educación académica básica hasta los 16 años.
Después, en los 80 vino Thatcher, que cerró las industrias no-rentables, disolvió a los sindicatos y vendió los council houses a compradores privados. Algunos de los obreros se reciclaron de oficio y ascendieron a la clase media, otros se hundieron y se convirtieron en una clase marginal que vivía exclusivamente de las ayudas del estado. Se salvó quién podía, y el estrecho tejido social que unía las comunidades de clase obrera se rompió para siempre.
Durante los 90, la economía británica ya se había deshecho de su pasado de producción industrial y se ha re-orientado al sector tecnológico, financiero y de servicios. Cada vez más jóvenes estudiaban carreras, pero el gobierno ya no tenía recursos para pagar sus estudios. En los 90 quitaron las becas de gastos de vivir, en el año 2000 empezaron a hacerles pagar las matrículas. Muchos estudiantes, al terminar la carrera, se encontraron endeudados hasta el cuello.
Desde entonces, en la sociedad británica se ha producido una rápida americanización: cada vez más consumista, más individualista, más hedonista pero a la vez más libre, más dinámica, más diversa, más tolerante y más flexible.
Comparando la época actual con los años 70, yo diría que entonces, la sociedad era más proteccionista, más intervencionista pero a la vez más rígida, más clasista y con menos movilidad social, donde a cada uno le enseñaba desde pequeño su lugar en una sociedad fuertemente jerarquizada. Sin embargo, el estado no dejaba a nadie a su suerte, sino aseguraba que todo el mundo tenía un puesto de trabajo y una casa donde vivir.