En la actualidad, el Oriente Medio es una de las zonas con mayor concentración de conflictos armados del mundo. Aparte del conocido conflicto israelí-palestino que ha durado más de medio siglo, Iraq prácticamente lleva desde 2003 en guerra civil y Siria desde 2011.
La gran mayoría de los conflictos se libran entre facciones definidas por grupo étnico, religión, estado y ideología política. En este artículo, me gustaría dar una introducción a las principales divisiones identitarias en el Oriente Medio, y un breve resumen del origen de los conflictos actuales en Siria e Iraq.
Los grupos étnicos
Oficialmente, el Oriente Medio está dividido entre los países Arabia Saudita, Jordania, Siria, Irak, Irán, Líbano, Israel, Egipto, Turquía etc.. Antes de la Primera Guerra Mundial, la mayoría de esta región formaba parte del territorio de dos imperios: el otomano y el persa.
Con el colapso del imperio otomano en 1922, los británicos y los franceses dividieron el territorio entre sus perspectivas zonas de influencia, que plantaron las semillas de los estados actuales. Sin embargo, la división de fronteras reflejaba los intereses geopolíticos de los poderes occidentales, que poco tenía que ver con la verdadera distribución de los grupos étnicos que llevaban ( y llevan) siglos, sino milenios, habitando esta región.
Ignorando las fronteras del estado, étnicamente, las poblaciones de Oriente Medio se pueden dividir entre pueblos árabes, kurdos, persas y turquicos, junto a otras minorías.
Los árabes
Los «árabes» engloban a todos los pueblos que hablan un idioma derivado del árabe clásico, una lengua de origen semita estrechamente relacionada con hebreo. A día de hoy, la mayoría de la población de la Península Arábiga, Irak, Siria, Jordania, Líbano y el Magreb son árabes, que a su vez se dividen entre docenas de grupos y clanes independientes, cada uno con su propia cultura, dialecto, historia y procedencia, que no suelen coincidir con las fronteras nacionales.
La gran mayoría de árabes son musulmanes (tanto chiítas como suníes), aunque en Egipto, Siria y Líbano también hay importantes minorías de cristianos.
Los pueblos túrquicos
Originalmente, los pueblos túrquicos eran nómadas procedentes de las estepas de Asia Central, que invadieron y colonizaron Anatolia en el siglo XI y crearon uno de los imperios más poderosos de la Edad Moderna, el otomano. Las lenguas túrquicas pertenecen a la familia altaica y es estrechamente relacionada con el mongol.
A día de hoy, los pueblos túrquicos constituyen más de 80% de la población de Turquía, la mayoría en Azerbaiyán y los estados de Asia Central, e importantes minorías en Siria, Irak, Irán y Afganistán.
Los kurdos
Los kurdos son un grupo étnico con historia milenaria, que hablan un idioma de origen indo-iraní, estrechamente relacionado con el farsi (de los persas). A día de hoy, los kurdos son unas de las mayores naciones sin estado, ya que viven repartidos entre las fronteras de Turquía, Irán, Iraq y Siria. Durante el siglo XX habían sufrido varios intentos de genocidio, tanto por parte de árabes como por parte de turcos.
Los persas
Los persas son la etnia mayoritaria de Irán, cuya lengua materna es el farsi, que forma parte de la familia indoeuropeo, junta a las lenguas eslavas, latinas y germánicas. Históricamente, los persas fundaron una de las civilizaciones más avanzadas y duraderas del Oriente Medio y uno de los imperios más poderosos de la región hasta el siglo XIX. A día de hoy, la gran mayoría de persas son musulmanes chiítas, y debido a factores históricos, no suelen llevarse bien con árabes.
La división religiosa-sectaria
El Islam es la religión principal del Oriente Medio, pero la religión está dividida entre dos ramificaciones: suníes y chiítas. Ambos creen el Alá y el profeta Mahoma, pero los suníes consideran a los descendientes directos de Mahoma como los herederos legítimos de la institución religiosa, mientras los chiítas eligieron a Ali, el yerno de Mahoma. La división sectaria comenzó en el siglo VII y los dos grupos llevan desde entonces en una constante lucha de poder.
A día de hoy, 80% de musulmanes son suníes, pero los chiítas están concentrados en Irán, Iraq y algunas partes de Asia Central. La afiliación de una secta u otra es más una cuestión de ascendencia familiar que de convicción personal.
Dentro de la rama suní hay varias sectas, una de las que tiene mayor poder es el wahabismo, que actualmente gobierna Arabia Saudita. Se destaca por su interpretación más rígida del Corán, con una ideología puritana que lleva al extremo la separación de sexos, la sumisión de la mujer y el castigo de los pecadores.
A parte de Islam, también hay importantes minorías de cristianos, judíos, druces y zoroastrianos. Conviene notar que la división religiosa no tiene por qué coincidir con la étnica. Entre cada grupo étnico hay practicantes de todas religiones y sectas.
Identidad = religión + etnia
La gran mayoría de las identidades se forman como una combinación de los dos factores. En Iraq, por ejemplo, los tres principales grupos son: árabes suníes, árabes chiítas y kurdos suníes. En muchos casos, miembros del mismo grupo étnico que practican una religión distinta se consideran etnias distintas.
Por ejemplo, el pueblo yazidi, que está sufriendo el genocidio del Estado Islámico, son étnicamente kurdos, pero practican una religión ancestral que trazan sus raíces a la época prerromana.
Los azeríes de Azerbaiyan y la minoría turcomana de Siria e Irak son idénticos a los turcos de Turquía en el sentido cultural y lingüístico, pero se consideran pueblos distintos porque son chiítas en vez de suníes.
División = identidad + ideología
La idea de un estado de derecho de convivencia multicultural donde todas las etnias y religiones tienen los mismos derechos, no goza de mucha popularidad en el Oriente Medio salvo entre la élite intelectual de las ciudades.
La mayoría de las ideologías dominantes en los países de Oriente Medio se centran en la cuestión de identidad, a veces por cuestiones religiosas otras veces por cuestiones étnicas. Por ejemplo, el régimen de Mubarak en Egipto, de Asad en Siria y de Saddam Hussein eran religiosamente laicos, pero promovían el nacionalismo árabe. Es decir, adoptaban una postura inclusiva para todas las religiones, pero marginaban a las minorías no-árabes.
Por otro lado, el régimen iraní es un estado confesional de Islam chiíta, inclusivo a todos los distintos grupos étnicos del país pero intolerante a otras religiones. Los kurdos, por ser una minoría étnica en Iraq, Siria y Turquía y una minoría religiosa en Irán (por ser suníes), son discriminados en todos los países.
En la actualidad, los kurdos en del norte de Siria están intentando construir un estado socialista de constitución laica donde hombres y mujeres, ricos y pobres, obreros, campesinos y empresarios tienen los mismos derechos. Pero si pudieran extender esta misma solidaridad a miembros de otras etnias, sobre todo los árabes, todavía es una asignatura pendiente.
El Estado Islámico
Cuando las tropas americanas invadieron el país en 2003 y derrocaron el régimen de Saddam Hussein, fundaron un nuevo gobierno dominado por árabes chiítas, el grupo demográfico más numeroso del país. Estos pronto empezaron a perseguir a los suníes, ajustando cuentas por la represión sufrida bajo el régimen de Saddam Hussein (que era suní). Muchos suníes se sublevaron, llevando el país a una guerra civil sectaria, y entre los grupos armados, el más feroz fue el Al Qaeda iraquí, el antecesor del Estado Islámico.
Al principio, muchos árabes suníes vieron a los de Al Qaeda iraquí como héroes que lucharon por su soberanía frente a los chiítas y kurdos, hasta que empezaron a imponer un código religioso demasiado estricto en el territorio donde controlaban, prohibiendo la música, obligando a todas las mujeres a taparse y decapitando en público a todos los que violaron la ley Sharia.
En 2011, estalló la rebelión en Siria, y entre los grupos de rebeldes había muchos árabes de confesión suní que luchaban por su soberanía. Aprovechando la oportunidad, los miembros de Al Qaeda iraquí se unieron a ellos, controlando un territorio donde impusieron el código islámico en el sentido más estricto. A partir de ahí, se denominaron por primera vez «El Estado Islámico», ISIS, ISIL o DAESH.
Desde 2013, el Estado Islámico ha ido expandiendo y retrocediendo en Siria e Irak dependiendo del apoyo popular que recibe de la población árabe de confesión suní en ambos países, que se ve obligada a elegir entre aguantar la represión de una dictadura religiosa más agobiante, o vivir como ciudadanos de segunda bajo gobiernos dominados por gente de otras etnias/religiones.
La intervención extranjera
El Estado Islámico, a pesar de ser condenado por todos los dirigentes nacionales por las atrocidades que comete, cuenta con el apoyo de los servicios de inteligencia de los países del Golfo, sobre todo Arabia Saudita, cuyos dirigentes wahabíes comparten con ellos la misma visión fundamentalista del Islam suní.
El gobierno Asad de Siria, tras tres años de guerra civil, aún se mantiene de pie, gracias al apoyo económico que recibe de Rusia y China.
Turquía, que lleva años luchando contra el independentismo de la minoría kurda en el éste de su país, ahora se ve obligado a unirse con ellos para luchar contra un enemigo en común, el Estado Islámico, pero en el fondo no le interesa.
EEUU está intentado solicitar la ayuda de Irán en la lucha contra el Estado Islámico, aprovechando la hostilidad histórica entre los dos pueblos, tanto en el sentido étnico (persas vs árabes) como en el sentido religioso (chiítas vs suníes), aunque en el fondo, Irán también es un estado confesional islamista que no hace tantos años fue considerado el enemigo número uno de EEUU.
Los países occidentales, a pesar de condenar la violencia y terrorismo del Estado Islámico, compran petroleo de Arabia Saudita, el principal patrocinador de todos los fundamentalismos suníes tanto en el Oriente Medio como en todo el mundo.
Pero el mayor incógnita es que todavía nadie puede contestar la pregunta de quién está comprando el petroleo procedente de los pozos dentro del territorio del Estado Islámico.